viernes, 16 de marzo de 2007

¿Pararrayos redondos en UK?


Diario de B. Franklin.

Junio de 1752, Francia. Un día de tantos.

“Tras diversos experimentos con Botellas de Leyden he llegado a la conclusión de que entre ambas placas se almacena electricidad. La placa del interior del matraz tiene conectado un conductor que sale hasta el exterior acabando en un apequeña bolita metálica. Al acercar una barra metálica a dicha bolita se conprueba que saltan las chispas. Esto ocurre tanto mejor cuanto más afilada sea la barra metálica.
He observado y estudiado atentamente las tormentas y creo firmemente que los rayos producidos en las nubes son de la misma naturaleza que estas chispas: es un fenómeno eléctrico.
Para demostrarlo he construido una cometa con dos tiras delgadas de cedro y un pañuelo de seda extendido. La he completado con una cola, una anilla y un cordel. Al ser de seda podrá aguantar sin rasgarse una tormenta de agua y viento.
En el extremo superior de la cruz he fijado una punta metálica muy afilada. En el extremo inferior del cordel, cerca de la mano, he atado una cinta de seda, y en la unión de ambos una llave.
Ya tengo todo listo. Estoy ansioso a la espera de la próxima tormenta para remontar mi cometa.”

Varios días después.

“Al fin nubes negras…

Me situé en el vano de una puerta, ya que la cinta de seda no puede mojarse; tuve mucho cuidado para que la cuerda no rozara el marco y mantuve mi cometa suspendida en el aire.
Tan pronto como se aproximaron las nubes tormentosas a la cometa, la afilada punta atrajo el fuego, electrizando tanto la cometa como la cuerda. En cuanto la lluvia mojó la cometa y la cuerda comenzaron a conducir libremente el fuego eléctrico; comprobé que éste fluía en abundancia de la llave, como yo esperaba.
¡Aleluya! ¡Lo he conseguido! ¡He podido demostrar la identidad de la materia eléctrica del rayo!”



Posteriormente, Franklin, propuso utilizar este experimento para descargar las nubes mediante una barra metálica, larga y terminada en punta en la parte más alta de los edificios, que condujera la electricidad hasta la tierra. Había inventado el pararrayos.

En 1782, en la ciudad de Filadelfia, ya se habían instalado 400 de estos ingenios.

Años más tarde, Franklin tuvo que decidir entre la devoción a su tierra natal y la lealtad a Jorge III. Participó en la redacción de la Declaración de Independencia y esto le costó su enemistad con el rey, quien ordenó que todos los pararrayos que aparecieran sobre los tejados de las casas de Inglaterra, tendrían que ser redondos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy oscar de Colombia queria saber porque? los pararrayos desionisantes son esfericos.

Galatea dijo...

Hola Oscar,
La función de un pararrayos normal es atraer los rayos, sin embargo la función de los pararrayos desionizantes es evitar que se formen. Las puntas atraen los rayos, pero las esferas producen campos más uniformes y atraen mejor las partículas cargadas o iones.
He encontrado una página que puede interesarte y lo explica con algo más de detalle.
http://telergia.blogs.com/telergia/
2006/07/la_mejor_tecnol.html

Espero que te sea de utilidad.
Un abrazo
Galatea